La violencia contra las mujeres es
un fenómeno de gran magnitud (al menos una de cada tres mujeres); tiene lugar
en todo el mundo en los diferentes ámbitos de la vida personal y social. Su
origen está fundamentalmente en el papel subordinado que la mujer tiene
asignado tanto en la sociedad como en la familia, y en el aprendizaje por parte
de los varones de la violencia como forma de resolver los conflictos y marcar
su autoridad. Nos detenemos sobre todo
en el maltrato que tiene lugar en el ámbito familiar, por ser el más frecuente
en nuestro medio. Las formas de
violencia no se limitan al golpe, sino que, en los inicios del proceso, suele
haber violencia psicológica, sexual, ambiental y social. Las repercusiones sobre la salud de las
mujeres y de sus hijas e hijos son importantes y graves. Afectan a todas las esferas de la salud. Están presentes también a largo plazo y como
síntomas, por lo que la mujer maltratada acude a los Centros de Salud. Sin embargo, la mayoría de las veces las
mujeres no relacionan sus síntomas con su situación vital o no se atreven a
expresar lo que les pasa. Las y los
profesionales no los reconocen en su dimensión causal y por tanto no tratan
adecuadamente a la mujer, por lo que los problemas de salud se cronifican, a
pesar de los medicamentos.
Los Centros de Salud pueden ser
(junto con los servicios educativos y servicios sociales), uno de los puntos
clave desde donde se pueden prevenir o detectar precozmente las situaciones de
maltrato. Para ello es imprescindible
iniciar la formación de los profesionales, que incluya no sólo conocimientos
teóricos sino también profundizar en el análisis de nuestras creencias,
prejuicios, formas de relación; formarnos para mejora la escucha y para ser
capaces de captar las necesidades de nuestras pacientes y establecer relaciones
de ayuda. Para contribuir tanto a nivel
social como individual y familiar en la disminución de este importante
problema, es necesario detectar e intervenir precozmente desde las consultas
incluyendo las actividades comunitarias y el trabajo grupal.
LA
VIOLENCIA, UNA PRIORIDAD EN SALUD PÚBLICA
En 1979, la Asamblea General de las
Naciones Unidas reconoció que la violencia contra las mujeres es el atentado
contra los derechos humanos más frecuente y menos reconocido en el mundo y
aprobó la Convención para todas las formas de discriminación de la mujer. Estudios realizados en países de nuestro
entorno (Portugal, Irlanda, Alemania Reino Unido, etc) indican que de un 20 a
un 30 por 100 de las mujeres están sometidas a violencia doméstica (Comisión
Europea, 1997; OMS 1998).
La importante prevalencia de este
problema y las graves repercusiones en la salud de las mujeres y de sus hijas e
hijos, llevó a la OMS a establecer en 1996, la prevención de la violencia
contra las mujeres como una prioridad en Salud Pública.
REFERENCIAS
REFERENCIAS
Bonino Méndez L. La
violencia de los hombres contra las mujeres. Que hacer desde los centro de
salud, Salud 2000. P 22-26
Moloney K. The
hidden figure: Domestic violence “suffered by 1 in 5 women. Irish
Independent,30 abril 5.1996
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